
La exhibición, el popularismo, la necesidad de sentirse observado bajo miradas que califiquen buenas figuras estéticas, la necesidad de imitar ciertos ejemplares de la moda actual vistos tanto en la televisión como en el encuentro con el otro, nos sitúan ante un contexto cultural y social donde lo que vale es estar a la moda para tener un lugar protagónico en nuestra sociedad.
Seguramente que desde la educación podemos contribuir a disminuir este excesivo ideal de estar a la moda y lograr rescatar lo verdaderamente humano de cada una de las personas, eso que actualmente, lo estamos olvidando.
Educar desde los valores, atendiendo a la moral y ética, nos permitirá formar personas integras que logren discernir entre lo que enriquece y ilumina el espíritu humano, y lo que sólo le da un toque de belleza.